Padre Celestial, este es el día que has hecho. Me regocijaré y me alegraré en ello. Te doy toda la alabanza por el regalo de otro día bendito. Tu misericordia nunca cesa. Tus misericordias nunca llegan a su fin. Son nuevas cada mañana.
Señor, tienes un plan para mí, para mi vida. Ayúdame a mantener la fe y a caminar firme en los caminos que me conduces. Guía mis pensamientos hoy en medio de esta semana, e incluso a medida que avanza la semana, que siempre me tomé el tiempo para comulgar contigo y alabar tu nombre.
Salmo 143:8 La mañana me traiga la palabra de tu misericordia, porque en ti he puesto mi confianza. Muéstrame el camino que debo seguir, porque a ti te confío mi vida.
Salmo 30:5 El llanto puede durar toda la noche, pero el gozo viene con la mañana.
Lo que significa para el mal, Dios lo usa para el bien Padre, aclara mi mente y energízame con propósito y dirección. Lléname de amor y enciende mi espíritu de esperanza y promesa. Tomas lo que se suponía que debía hacerme daño, y lo usas para mi beneficio. Que así sea.
Gracias por otro aliento, otro día de vida. Gracias por hacer un camino para que yo pueda tener vida y vivir la vida a su máximo potencial! Guíame a lo largo de este día miércoles. Sé una lámpara a mis pies y una luz a mi camino. Ordena mis pasos. Cuida mi corazón. Dirige mi mente. Guía mi boca. Y como siempre, deja que mi vida te agrade. Amén.
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