Padre omnipotente,
te agradezco por este nuevo día,
ya que con el nacer del sol, con mi despertar y con mi andanza por él,
tengo la ocasión de estar más cerca de ti, de ser mejor servidor de lo que fui ayer.
Te agradezco por la familia en que me has puesto,
por mis amigos que me guían por el bien
y todo aquello que lleva por el camino hacia ti, que representan algo positivo en mi vida.
Glorifica con tu Santo Espíritu, Señor,
cada uno de mis pasos, para que sea ejemplo de tu buen corazón
a todos los que en sendero encuentre.
Glorifica con tu Santo Espíritu, Señor,
mi lengua, mis labios y mi voz,
para que ellos sean defensores de tu palabra y transmisores de la misma.
Funde en mis manos tu santa sangre, Señor,
que estén repletas de tu divina obediencia, para que mi empleo sea bendecido.
Que sea tu dicha la que toque mi corazón, y sea cadena universal el saber que soy tu fiel servidor,
y de dicha manera ser un instrumento de tu divina paz.
Pongo en tus manos todo lo que hoy soy y lo que seré,
para que me moldees a tu imagen y preferencia,
de tal manera de ser semejante a ti, por el bien de tu pueblo,
y para que tu nombre sea glorificado en cada lugar que atraviese.
Te lo pido en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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