domingo, 5 de abril de 2020

Feliz Lunes Santo


Dios nuestro, concédenos tiempo.
Impídenos que queramos ir más de prisa de lo que permite el intenso oleaje de nuestro corazón.


Haz que tengamos paciencia con nosotros mismos, pues el tiempo actúa a la sombra de nuestras irritaciones;
el tiempo prosigue y cicatriza, por más que nos moleste su lentitud y nos inquieten sus vaivenes.

Señor, enséñanos a esperar en el tiempo para nuestras propias vidas y para todo el mundo, pues tú también usaste el tiempo sin acusarlo.
Tú también caminas lentamente y reconstruyes de generación en generación. Tienes
constancia y anuncias lo que solo se realizará más allá de nuestras maquinaciones.


Tú no eres el encantamiento del instante,
ni la inmutabilidad de la eternidad.

Tú eres la semilla enterrada en la tierra del mundo, para una cosecha que todavía no ha llegado.

Dios nuestro, danos confianza en el tiempo, en esos días en los que parece que patinamos y retrocedemos.


No te pedimos impaciencia ni pasividad, te pedimos que la paciencia del tiempo pacifique nuestros corazones.

En nombre de Jesús, que creció en silencio durante treinta años,
que habló con poder durante tres años,
que lo perdió todo en tres días de abandono
y que lo recuperó todo para todos, ofreciéndonos el tiempo como esperanza. Amén.

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