"Dios todopoderoso y eterno, refugio en todo peligro, vuelve tu mirada hacia nosotros que con fe te imploramos en la tribulación y concede el descanso eterno a los difuntos, el alivio a los que lloran, la salud a los enfermos, la paz a los que mueren, la fuerza a los trabajadores de la salud, el espíritu de sabiduría a los gobernantes y el ánimo de acercarse a todos con amor para glorificar juntos tu santo nombre".
El Viernes Santo es el día en que recordamos la muerte de Jesús en la Cruz.
Murió solo y abandonado por todos sus amigos.
Murió por todos y cada uno de nosotros.
Y todo esto ... POR AMOR A NOSOTROS...
"Nadie tiene mayor amor, que aquel que da la vida por sus amigos."
Cargando sobre sus espaldas nuestros pecados, nuestro dolor, nuestras miserias, nuestros sufrimientos, Jesús nos reconcilió con Dios y con nuestros hermanos, muriendo para conseguirnos el perdón y la salvación.
Hoy Jesús sigue sufriendo, en los pobres, en los enfermos, en los que están solos...
Nosotros también tenemos nuestra propia cruz: una enfermedad, la falta de trabajo, una situación familiar, alguna persona que nos hizo mal...
Vamos a rezar:
* Piensa que Dios está junto a ti que te ama y que te está escuchando.
* Leé cada oración lentamente y al final de cada frase haz un poco de silencio.
* Las oraciones son sólo una ayuda, rezále a Dios con las palabras que salgan de tu corazón.
Señor, que tu Cruz me sea mi fuerza cuando estoy débil, que me ayude a levantarme cuando caigo, que renueve mi esperanza cuando esté triste.
Señor, consolá a los que sufren y ayudanos a comprender el sentido del dolor en nuestras vidas según tu voluntad.
Señor te pido perdón por todos mis pecados. Ayudame a cambiar y a acercarme a tu perdón en el sacramento de la Confesión.
Señor, que pueda reconocerte en cada hermano que sufre.
Padre, me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea te doy gracias.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí
y en todas tus creaturas.
No deseo más, Padre.
Te confío mi alma, te la doy
con todo el amor de que soy capaz.
Porque te amo y necesito darme a Vos,
ponerme en tus manos, sin limitación,
sin medida, con una confianza infinita
porque Tú eres mi Padre. Amén.
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