martes, 3 de marzo de 2020

Bendecido Martes para Todos


Señor, hoy me desperté feliz y agradecido, pues Tú me has concedido la dicha de abrir mis ojos al sol de un nuevo día, que sin duda estará lleno de alegrías, enseñanzas, posibilidades para alcanzar mis sueños y oportunidades para corregir mis errores del pasado y seguir adelante.

Tú me has dado salud, Tú me has dado esperanza, también un hogar y una familia que amo. Hay comida en mi mesa, tengo ropa que me abriga y también zapatos en mis pies. Tú has sido muy generoso conmigo y por todo te doy gracias. Te pido Señor que nunca te apartes de mi vida, pues cada día que pasa yo necesito más de Ti.

Señor, mis sueños, mis ilusiones, mis más grandes anhelos y mis propósitos están puestos en tus manos, pues confío en Ti y en tus promesas.

Por favor, haz que tu maravillosa bendición descienda sobre mi vida, la vida de las personas que amo y también sobre mi hogar. Te pido que nos cubras con tu preciosa sangre y alejes todo peligro, amenaza o mala intención. Camina junto a nosotros, padre celestial y nunca te apartes de nuestra vida.

Y cuando llegue la noche, pondremos nuestro ser ante tu hermosa presencia y en tu magno amor descansaremos. Envuelve nuestras vidas y las vidas del mundo entre tus brazos. Por favor llévate todo miedo o preocupación que nos robe la calma y nos impida el sueño, y llena nuestra mente con ideas de paz, amor, abundancia, calma y prosperidad.

Padre celestial, qué es hermoso sentir tu presencia. Tú luz me llena de seguridad y certeza, pues si Tú estás conmigo, nada ni nadie estará en contra mía y con tu guía y apoyo podré alcanzar todo aquello que me proponga.

Señor, hoy quiero poner en tus manos mi vida y la vida de todas las personas que amo. Te pido que nos cubras con tu amor e ilumines nuestra senda con tu luz. Susúrranos palabras de sabiduría, sé calma en medio de las tormentas y dificultades y danos la voluntad y la valentía para poder salir adelante.

Por favor acompáñanos al salir de casa y en medio de todas las actividades que tengamos que realizar. Líbranos de todo mal y peligro, sé nuestro escudo protector y ayúdanos a salir victoriosos de cada batalla que tengamos que luchar.

Permítenos tomar nuestras decisiones desde el amor y la bondad, para que así, nuestros actos sean agradables a Ti y poder ser un instrumento de tu obra.

Señor, no sé lo que me espera en este nuevo día, pero mi corazón rebosa de alegría y mi alma aguarda llena de esperanza, pues ya puse este día en tus manos y sé que con tu ayuda será un día de grandes bendiciones y triunfos en mi vida, Amén.

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