Padre Celestial, mi día está llegando a su fin y yo estoy lista para dormir. Pero antes quiero darte las gracias por tu fidelidad el día de hoy. Todos los días son buenos aunque las cosas no salgan a mi parecer o las cosas esten en desorden, tu siempre estas en control de todo.
Por todas la veces que me dí cuenta de tu ayuda este día, todas las veces que tu invisible presencia se sintió tan cerca de mi, gracias, Dios. Por todas las veces que trabajaste a mi favor de maneras que jamás sabré o podré ver. Aquellos momentos donde enviaste ángeles para protegerme, por todos esos momentos no vistos, muchas gracias, Señor.
Perdóname por cualquier acto torpe o inmaduro que cometí este día sin primero preguntar tu opinión. Estos son momentos que quisiera olvidar, mas prefiero aprender de ellos y darte las gracias por tu perdón. No me quiero nunca acostar sin antes haberte dado las gracias. Tu amistad significa mucho para mi, y tu santidad merece lo mejor de mi. Gracias por amarme tal como soy. Tu amor me lleva a darte lo mejor y llena mi corazón con alabanza por la relación que compartimos por medio de Jesús.
Oro por las personas que amo en esta noche, por mis amigos y por sus familias que no te conocen. Señor pido que tu amor, tal y como las miles de millones de estrellas en el cielo brille sobre ellos y los ilumine para que puedan saber quien eres tu. Oro por todas sus necesidades así como las mías.
Permite descansar esta noche, Dios, para que mañana pueda volver a verte con las mismas ganas y amor. Gracias nuevamente por todas tus maravillosas e inmerecidas bendiciones que son más de las que puedo contar. Me encanta ser llamado hija tuya y espero que la palabra “fiel” pueda ser usada al describir mi servicio por ti. Cuando despierto en las mañanas quiero tener una sonrisa en el rostro y no con un espíritu malhumorado. Que tu protección y tu presencia llenen este lugar con paz y seguridad en contra del enemigo. Buenas noches, Señor. En el nombre de Jesús. Amén.
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