sábado, 31 de mayo de 2014

ESPOSO SORPRENDIDO

CHISTE CHISTE;
UN SEÑOR DESPERTÓ AQUELLA MAÑANA CON UNA CRUDA espantosísima. La noche anterior se había pegado una fenomenal parranda, y bebió tanto que se embriagó de modo que ni siquiera recordaba cómo había regresado a su casa. Preso de una jaqueca maldita, adoloridos todos los músculos del cuerpo, reseca la garganta y en la boca un exquisito sabor a vinagre, todavía tenía miedo de abrir los ojos, pues lo aguardaba de seguro la cólera de su mujer. La señora se ponía hecha un demonio cuando su esposo llegaba en tal estado, y así, salir de la cama era para él como salir de la celda para ir a la sala de ejecución. Abrió los ojos como pudo, y lo que vio lo dejó maravillado. Sobre el velador estaba una pequeña hielera llena de cubitos con dos cervezas perfectamente heladas. Al lado había un par de Sal de Fruta y un vaso de agua. Apoyado en el vaso estaba un sobrecito color de rosa, perfumado. Abrió el sobre el alelado tipo y en su interior halló un recado que decía:
Amor mío, vida de mi vida: Perdona que no esté aquí para atenderte. Salí un momento, pero regreso al rato para estar contigo. Te he dejado estas cosas sobre el velador para que alivies el malestar que quizá sientas luego de la diversión de anoche, diversión que -lo comprendo- necesitas por las tensiones del trabajo. He preparado tu almuerzo favorito, que te aguarda en el comedor. Le pedí a nuestro hijo que te lo sirva y que esté pendiente de ti para lo que se ofrezca. Te dejo un beso, y con él todo mi amor.
Tu esposa que te adora.
El hombre no daba crédito a sus ojos. Bebió con delectación las dos cervezas, se tiró su pedo mañanero, se duchó, se vistió y bajó al comedor. Ahí, en efecto lo esperaba su hijo, que lo saludó con cariño y le sirvió el almuerzo especialmente preparado por su madre. Lo comió en silencio el asombrado tipo. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Soñaba acaso? ¿Era aquello una pinche ilusión de los sentidos? Se atrevió a preguntar con timidez:
-¿Qué pasó anoche, hijo?
-Relata el muchacho:
-Llegaste a las tres de la mañana. Venías en completo estado de embriaguez. Chocaste el auto en la puerta de la cochera; le diste una patada al gato; te pusiste a vomitar en el living y arruinaste la alfombra que mi mamá acababa de comprar. Luego te caíste en la escalera y ahí quedaste privado de sentido. Tuvo que despertarme mi mamá para que la ayudara a llevarte a la habitación y ponerte en tu cama.
-Entonces -pregunta el señor, aturrullado- ¿por qué todo esto? ¿Por qué las cervecitas, y el amoroso recadito, y el almuerzo, y todas estas finas atenciones?
-Porque mamá te iba a desvestir en la cama, y cuando empezó a bajarte los pantalones tú dijiste: "¡No! ¡Por favor, señorita, no haga eso! ¡Soy casado!" jajajajaja

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