una mujer que no tenía mucha preparación ni
modales.
Un día la lleva a cenar a casa de sus padres.
En medio de la cena, ella se levantó y dijo:
- Ya vengo! Voy a mear!
El hombre, muy avergonzado, esperó hasta
regresar a casa y le dijo que debía aprender a
ser más discreta y que la próxima vez que
necesitara ir al baño, dijera "con permiso, voy
al tocador".
Una semana después, durante otra cena, la
joven se levanta y dice:
- Con permiso, voy al tocador…
Los presentes no dicen nada y su esposo,
muy contento, le dice:
- Mi amor, no te tardes...
Y ella responde:
- No te preocupes amor, sólo voy a echarme
unos pedos que desde hace rato traigo
atorados !
Jajajajajajaja
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